domingo, 29 de enero de 2012

NO SE LO DIGAS



Claro, le quiero, pero no se lo digas a él, confunde amor con posesión, respeto con autoridad.
Claro, le echo de menos, pero no se lo digas a él, creerá otra vez que una mujer no vale nada sin un hombre, que no es capaz de sobrevivir sin el manto protector de quien lleva pantalones.
Claro, he llorado, pero no se lo digas a él, pensará que me arrepiento de haber terminado nuestra relación, pues siempre estaba seguro de que sin tenerle al lado sería un cero a la izquierda.
Claro, tengo miedo, pero no se lo digas a él, aunque debería saberlo, no quiero que sepa que él es la causa de mis pesadillas.
Claro, creo en el amor, pero no se lo digas a él, entonces me dirá que soy una puta, que le engaño desde hace tiempo y que solo le quise por interés.
Claro, creo en los hombres íntegros, pero no se lo digas a él, ni por asomo, quiero que llegue a pensar que él es el modelo perfecto.
Claro..., le perdono, pero no se lo digas a él, esa sería la escusa para volver a engañarme, caer en sus garras y sentir que se nubla el sol para siempre.

Una mujer maltratada sabe lo que es sentir miedo, pero ha de saber también que puede acabar con esa pesadilla, que su tortura no debe ser para siempre, que por mucho que se ame a alguien no se debe sentir amor ni lástima por quien no respeta.

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