La flores marchitas, las decoloradas por el implacable paso del tiempo y los rigores del clima, son sustituidas un año más por nuevas ofrendas florales que lucen en cada lápida y cada sepultura. Es la forma de decir que no olvidamos, no dejamos de tener en nuestra mente a quienen se quedan allí, en aquel recinto, con historias y vivencias de cada uno silenciadas por la muerte, la implacable muerte que siempre, más tarde o más tenprano, más justa o injusta, siempre llega. En cada motivo, en cada reseña, se mezclan recuerdos que se agolpan en la mente de seres queridos que quedaron en vida y que tuvieron que pasar por el inmenso dolor de enterrar a alguien, una experiencia por la que todos hemos de pasar también pero para la que no hay concienciación alguna, por muchas veces que hayamos pasado por algo así, por mucho que te lleven del brazo y estén contigo, por mucho consuelo o por mucho descanso que la muerte otorgara en personas que ya la pedían a gritos. Siempre, siempre, a pesar de muy diversas circunstancias que pueden suscitarse, la muerte y tener que decir adios a alguien que significó en nuestras vidas, siempre es un ejercicio que deja huella en el cuerpo, que hace incluso envejecer de golpe. En días como el de hoy, el día de los difuntos, vemos como el mar de cruces que siempre veo, los edificios de habitantes sin vida, se mezclan con la visita de cientos y cientos de personas que vienen a estar unos minutos con aquellos que se fueron y que nos esperan en otra vida. Probablemente ese sea el único consuelo que nos queda cuando perdemos a alguien que queremos, pensar que le veremos más tarde o más temprano.
En un día como el de hoy, se me hace un nudo en la garganta cuando veo ese lugar en el que descansan los restos de aquellos que han dado sentido a mi vida. Toca llanto interno, la forma de llorar más amarga, toca retroceder en el tiempo y recordar las buenos momentos vividos, toca estremecerse al ver lápidas que nos muestran cortas vidas que acabaron antes de lo imaginado...toca pensar que todos seremos algún día lo que son aquellos que vemos en el camposanto.
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