martes, 15 de mayo de 2012

A MI AMIGO KEVIN

Dedicado a un niño que desde que nació ya supo que hay que luchar en la vida.




Eras apenas nada y a la vez el milagro más grande. Tus manitas casi inapreciables ya dejaban entrever el gesto de querer agarrarte fuerte a la vida. Tus ojos, expresivos y llenos de vida se convirtieron en la primera y más grande de las razones para entender que la vida siempre se abre camino, que no hay nada que pueda compensar ciertos momentos, que solo una mirada tuya valdría por millones de lágrimas y noches de eterno desvelo  mirándote y ayudándote a seguir adelante.
Fueron días de llanto al verte en aquella jungla de cristal a la que te enfrentaste, aquel ring de hospital en el que librabas un combate con la vida peleando duramente para ganar el más bello premio, dejar la frialdad de aquella sala para cobijarte en los brazos de mamá. Tus suspiros estremecían hasta los pilares más fuertes, tus balbuceos eran la sinfonía más explícita de gozo para los oídos de quienes te oían y miraban a todas horas.
Eras casi nada, un pequeño cuerpecito que casi cabía en las manos, con esa mirada cándida de no comprender la razón por la que el destino te había elegido a ti para tan dura prueba.
Tú naciste y contigo nacieron las esperanzas  incluso del más escéptico, pues nadie dudaba que aquella cosita tan bella, tan pequeña y tan indefensa   llegaba  a este mundo para ser la luz que iluminara  el camino de aquellos que le engendraron. Tú viniste para cambiar el curso de la cosas, para dejar claro que el amor es el mejor argumento para entender que vale la pena luchar. Mamá siempre estaba allí, al ladito de aquella improvisada e incómoda cuna en la que te tocó vivir tus primeros días, nada que ver con aquella cálida habitación que con el mimo y el más meticuloso celo habían preparado para que tus sueños empezaran a ser felices, para que entendieras que ya no estarías solo, que pasara lo que pasara en la cama de al lado estaría siempre quien daría la misma vida por ti.
Los años han pasado y las sonrisas de miles de momentos han borrado las huellas de aquellos duros instantes. El pequeño ¨conejito¨ indefenso se va haciendo mayor sin más novedad que los típicos catarros, algún dolor de tripa producto del atracón de ¨chuches¨ o alguna rodilla magullada como muesca de juegos de infancia.
Todo ha cambiado afortunadamente menos el abrazo de mamá. Mamá sigue secando lagrimillas de llanto angelical y sigue curando heridas con tan solo tocarlas. Cuando duermes, ella sigue mirándote como aquellos primeros días, velando tu sueño, sin poder apartar la vista de ese trocito de sí misma que, aunque ha crecido, sigue siendo ese pequeño gorrioncillo que queda indefenso en la selva de asfalto y ritmo trepidante que marca la vida.
¿Qué será de mayor? Se pregunta mamá y papá cuando te ven dormir de manera plácida en ese lecho con sábanas de ilusión, cariño a mantas y encajes de besos que nunca faltan.  Será lo que él decida, pero no hay mayor alegría que saber que a pesar de aquellos duros días de desaliento e incertidumbre por tu temprana llegada, tú serás quien decida. 


MÁS QUE HACER FOTOS.



Hay experiencias que, aun convertidas en algo que puede llegar a ser rutinario, son un soplo de aire fresco que oxigena las más viciadas arterias llenas de desidia y monotonía.
Salir con las primeras luces de la mañana y  hacer fotografías, con esos primeros rayos de sol que se escapan como furtivos entre las  nubes o que riegan los más dormidos enseres del entorno, es como ser testigo de los encantos de una mujer que se desnuda lentamente ante ti  y que  miras extasiado. Cada objeto, cada flor impregnada de la escarcha mañanera, cada resquicio iluminado que sobresale de la escena, son como pequeñas pinceladas de un ser divino que empieza a esbozar en el lienzo de la vida arrebatadores argumentos que te hacen dar gracias por vivir un día más.
Cada lugar es diferente al otro y diferente de cómo se mostraba el día anterior, cada color brilla y se muestra de una manera distinta según la luz que se adueña de un arrebatador paisaje único entre los paisajes. No sabría decir si la belleza de lo que ante mí se abre me hizo amar la fotografía o la fotografía que recoge la mejor sonrisa de mi entorno me he hecho amar el paisaje sobre cualquier otra cosa  al poder  recrearme en él cada instante. Con solo ver alguna instantánea se  me enciende la chispa de las emociones y la felicidad.
No hay dolores, ni físicos ni emocionales, no hay angustias que provoquen asfixia, no hay ruidos que masacren heridas del día a día, no hay aire cargado de dramatismo por lo incierto del presente, no hay más premisa que ver lo que en forma de regalo con luces de oro se pone ante ti para demostrarte que la vida, por mucho que a veces pensemos otra cosa, es el más maravilloso de los regalos.





AMIGO VIENTO


¨ ¿De qué estas hecho viejo amigo?¨, preguntaba el viento al malacate de ¨Pozo Rotilio¨.
¨Estoy hecho de esencia minera, impregnado de la valentía de aquellos que a través de mi bajaron superando sus miedos para ganarse el pan bajo las entrañas de la tierra. Estoy hecho de recuerdos imborrables que se guardarán en las páginas que han de contar  las mejores épocas de este lugar, por eso soy fuerte,  porque tengo orgullo que me hace lucir imbatible ante ti, amigo viento¨.
¨ ¿Y nunca has pensado que te puedo hacer caer un día?¨, esgrimió el viento.
¨No podrás, ya sabes que no podrás, pues mi estructura, aunque parece esquelética y endémica sigue siendo ese espíritu férreo y fuerte que durante años y años nunca mostró el más mínimo signo de debilidad. Siempre fui trabajador honesto que nunca olvidó su misión, llevar corazones al abismo y sacarlos después para que pudieran irse a casa con la satisfacción del deber cumplido. Nadie lo sabe, pero cada hombre que bajé y subí era la razón de mi existencia, les cuidé como quien cuida a lo más querido. Nunca olvidaba a quien dejaba dentro y siempre esperaba ver al día siguiente a quien sacaba.  Ese honor, amigo viento, me hace seguir en pie, pues aun, muchos de aquellos con los que tuve oportunidad de compartir alegrías y fatigas, vienen a verme y me hablan, sé que me hablan aunque no digan nada, porque en el silencio que solo se corta por tu presencia, amigo viento, oigo los latidos de sus corazones que aun se aceleran cuando me ven¨.
¨Pero estás condenado a morir solo y olvidado. No siempre van a vivir esos pocos que vienen a verte y que aun piensan en lo que fuiste¨, espeto el viento con voz entrecortada por la emoción de ver a su orgulloso amigo.
¨Soy una malacate minero, ¿Crees que me importa la muerte? Ya hace mucho que acabaron conmigo. Mira amigo viento, todo lo que aun ves a tu alrededor, todas esas ruinas de útiles mineros por las que deambulas cada día, hubieran podido dar mucho más aun, hubieran servido para lucir con esplendor ante la mirada de visitantes de otros lugares que quisieran conocer nuestra historia. Pero no se ha hecho nada amigo viento. Nadie nos ha cuidado y si estamos aun en pie es por orgullo, por casta, porque un minero no deja de serlo nunca y nunca dobla las rodillas. No me importa morir amigo viento, no me importa en absoluto, más me asusta y me duele el olvido.
Y el viento, empezó a moverse a modo de remolino como abrazando al viejo malacate, aireando con cariño y celo toda la estructura del coloso.
¨Tranquilo malacate, yo llevaré tu historia por todos los rincones y me encargaré de pelear para que otros malos vientos se vayan de esta tierra. Yo vendré siempre a verte también y mi silbido y el sonido de tu estructura cuando se mueve grácil y fuerte será nuestra conversación de cada día. Juntos veremos caer los años amigo malacate y si un día te fallan las fuerzas  yo estaré ahí para soplar fuerte y mantenerte erguido¨




jueves, 3 de mayo de 2012

MI TIERRA PIERDE SUS HIJOS



Mi tierra va perdiendo a sus hijos. El mineral que fuera los caudales de bondades se ha secado  para siempre y aunque suenan cantos de sirena ya nada será como antes.
Dicen que otra vez volverá la sonrisa a la faz de mi gente, pero ya no creo en nada, solo sé que la pena y las necesidades se apoderan del lugar que dio esplendor a todos los que ahora olvidan aquellos años de bonanza que sirvieron para ennoblecer a unos y engrandecer a otros.
Hoy se olvida todo lo que esta tierra dio,  se olvidan las fatigas de hombres que se hipotecaron bajo tierra para que nada faltara en sus casas, se olvida y se falta a quien entregó su vida cumpliendo con los deberes de minero aguerrido que trabajaba para que el vómito de ganancias de distinguidos señores no se parara.
Antes había trabajo y se empeñaban los pulmones para comer, hoy se vive  gracias a la limosna que se concede a quien no tiene la oportunidad de sacrificarse por los suyos.
Y siguen las voces levantando falsas esperanzas que son como espejismos que después se desvanecen. Volver a ser lo que fuimos es el argumento de quienes no han reparado en quien ya no tiene nada y se resiste a huir del lugar en el que forjaron su mundo. Palabras que se lleva el viento, ilusiones que cuando se disipan producen llagas en el alma de una comarca desgastada por las mentiras que nadie castiga.
Los rojos evocan la sangre de los mineros que perecieron, los amarillos simulan el oro que de las entrañas de estos lares se sacaron. Miles de colores que como cual arcoíris quieren simbolizar un tiempo mejor, sin negros nubarrones que tapen el sol de las oportunidades para todos. Pero siempre hay tormenta, siempre hay malos vientos que terminan llevándose el menor atisbo de prosperidad. El latido de las minas suena a hueco, a golpe con eco que evoca gran vacío en la inmensidad, a silencio sepulcral que se mezcla con el silencio de las almas que se van para siempre, suena a nada.
La eterna torva que siempre dispensó porvenir como justo premio al trabajo está parada en el tiempo sin que nadie la cargue otra vez de esperado bienestar.
Esta tierra pierde a sus hijos, aquellos hombres  y mujeres que sin volver la vista atrás hubieron de olvidar raíces, sentimientos y lazos de unión para buscar un lugar mejor en el que llenar la despensa de sus mentes, vacías de razones por las que seguir condenado en un territorio que dejaron morir. Los hijos de esta tierra, aquellos que se fueron, buscaron nuevos horizontes y siempre miran al sur con pena, con la tristeza de no ver cada mañana ese rojizo margen que siempre acompañó la mirada de los de aquí. Los hijos de esta tierra que se fueron, lo han perdido todo, pero en su interior aun albergan la posibilidad de volver y poder encomendar otra vez sus vidas al eterno mineral que está en el interior y que no siempre es sinónimo de estabilidad. Esos hijos que pusieron rumbo a cualquier otra parte esperan que la justicia les de aquello que siempre fue patrimonio de los de aquí, trabajo a cambio de honrado sudor que se pague sin más engaños ni mentiras. 

MORIR CONTIGO



Hoy he buscado en el baúl del corazón alguna señal que me amortice todos los desvelos, pero no la encontré.
He intentado rasgarme el traje de la impaciencia y que quedara a flor de piel la más desnuda tolerancia, pero por muchas capas de dolores y desprecios que me quite siempre hay otra más profunda que me recuerda que hay cosas que ya no tienen sentido.
Luché por hacer oídos sordos a todas esas voces que me dicen que debo correr y salir a buscar un  nuevo horizonte de vida lejos, pero por más que peleaba solo sentía que algo me empujaba a correr y romper con todo.
Quise inyectarme una nueva vida en las venas que me regara el cerebro de ganas de volver a empezar, pero los callos de mi piel gastada a golpes de mentiras, desilusiones, vanas esperanzas y lágrimas a fuego que me quemaron hasta el alma, no me permiten más que la eutanasia de nuestra historia.
Lucho contra todo por ti, por estar y seguir a tu lado, pero en realidad más que una lucha es una batalla en la que me abandono a morir, pues tú eres quien hace morir todo lo que aun vive en mí, tú eres la cruz que portaré hasta los infiernos, eres la causa de mis más ingratas heridas, pero aun así, en contra de mi y  hasta de  mi propio ser, prefiero morir contigo aquí y ahora que vivir toda la vida lejos de ti.
No sé cuál es la razón.
No sé cuál es el motivo.
Solo sé que claudico.
Solo se morir contigo. 

1 DE MAYO



El 1 de mayo hemos vuelto a celebrar el día del trabajo, algo que en los tiempos que corren puede tener varias lecturas bien distintas.
La primera de ellas podría ser una pregunta que lanzáramos al aire. ¿Con 5.639.000 desempleados se puede festejar el día del trabajo? Obviamente habrá muchas personas entre esos más de 5 millones de parados que habrán pensado que es una ironía que mientras ellos no tienen trabajo y mientras hay más de un millón  y medio de familias con todos los miembros sin trabajo, los que tienen un empleo lo festejen sin trabajar.
Claro, pensar  que festejar el día del trabajo es una injuria para los que no tienen un sustento que llevar a casa es una muestra clara de demagogia, pero como siempre digo con ciertos temas, no porque algo sea tachado de demagógico quiere decir que no sea verdad lo que se dice.
Otra de las lecturas que se pueden hacer, bien diferentes  por cierto, es precisamente que con esas cifras de paro que ahora tenemos pues es verdad que tener un trabajo, o que haya  españoles que tengan  trabajo es para montar una fiesta casi eterna, pues trabajar hoy día es un privilegio que desafortunadamente no todo el mundo tiene. Además, está claro que la fiesta del día del trabajo siempre tiene un carácter reivindicativo, más aun en los citados tiempos que corren, con manifestaciones por todo el país que reclaman, no solo trabajo, sino que no se pierdan ciertos derechos laborales que costaron años conseguir y que ahora puede defenestrar el gobierno actual gracias a la mayoría absoluta.
Este día 1 de mayo ha llegado en un momento álgido. Además de las noticias que ya sabemos sobre el paro en la actualidad, se habla de que no será hasta pasado el año 2014 cuando se empiece a crear algo de empleo, pudiéndose llegar en próximas fechas incluso a superar la cifra de los 6.000.000 de almas sin trabajo, 12.000.000  de brazos cruzados y millones de historias de poner la piel de gallina.
Por tanto, este 1 de mayo habrá tenido una resonancia especial en muchos sentidos, pero lo que verdaderamente es de sentido común es que a pesar de tanta reforma y apretones de cinturón como nos están imponiendo, la situación es dramática para mucha gente que vive situaciones límite. Siento impotencia cuando oigo decir a los señores del gobierno que habrá que seguir haciendo esfuerzos. ¿Más esfuerzos?
Quizás, y ahora soy yo el demagogo, haya que reducir el número de políticos cobrando sueldos de lujo y cobrando pensiones de por vida por apenas 7 años de ejercer la vida pública, aunque su trabajo haya servido para destrozar a un país, región, ciudad o pueblo. Ya está bien de que algunos nos digan que hemos de ser solidarios y comer menos mientras a ellos no les falta de nada. Se pierde empleo al mismo ritmo que se venía perdiendo y la situación va hacia ese abismo que antes nombraban los que ahora gobiernan. ¿En qué ha cambiado la situación? En nada, seguimos igual o peor.
Los bancos son los que tienen a la gente cogida por el cuello y sin embargo se les insufla dinero público. ¿Qué beneficio obtiene el ciudadano por el hecho de que se rescate un banco con dinero de todos? Ninguno, absolutamente ninguno, pero hay que claudicar de la misma manera que toca claudicar cuando te dicen otras muchas cosas que son atentados contra los derechos de la gente.
Hay que apretarse el cinturón aunque ya no se puedan hacer más agujeros para apretarte más, pero eso a nadie le importa. Nos seguirán diciendo que las reformas son positivas aunque el único positivismo de todo esto sea el que encuentren aquellos que ahora ven que en tiempos de crisis el rico es más rico y el pobre llega a ser una rata de cloaca.
El 1 de mayo fue el día del trabajo, un día marcado precisamente por la grave situación de falta de empleo. ¡Qué ironía!