domingo, 6 de noviembre de 2011

TURISMO, LA GRAN ASIGNATURA.

Darse una vuelta por nuestro entorno es algo indescriptible. Los paisajes que esta tierra siempre nos ofrece son algo que nunca es igual de un día para otro, ya que aunque tengamos millones de fotos de las minas, del tinto o de cualquier otro rincón, siempre son diferentes según el día, la luz, la hora, etc.

Esta tierra es un auténtico deleite para aquel que ama sobremanera el tema de la fotografía, pues la verdad es que incluso con una ¨camarita¨ de infima calidad se pueden sacar auténticas maravillas de unos parajes que parece que siempre estén posando, siempre estén maquillados con sus mejores tonos y siempre nos ofrezcan la más bella estampa.

Salir de fotografía a primeras horas de la mañana o cuando ya languidece la luz de sol es uno de los más saludables ejercicios para la mente. Los más malos humores, las penas más indigeribles, las preocupaciónes que siempre están presentes y produciéndonos llagas en el alma, se van o se minimizan cuando uno se extasia y se olvida de todo y disfruta de una visión única.

El rio tinto desde su nacimiento y durante todo su cauce, los malacates que aun lucen imperterritos al paso del tiempo, la multitud de colores de nuestra orografía, la simbiosis entre naturaleza y mina, así como otros miles de aspectos, son una herencia natural que siempre, por muchos años que pasen, por mucho que conozcamos y hayamos visto todos los rincones, siempre te sorprende, nunca deja indiferente a nadie.

Despertar cada mañana y ver a lo lejos el ¨Cerro Colorao¨ es ya una tarjeta de eterna visita que te recuerda que todo está ahí, que siempre hay algo por descubrir, siempre hay motivos que te hacen pensar que cada día vale la pena.

Vivimos en un lugar diferente al que quizás no se le ha sacado todo su potencial. Somos conscientes de lo que tenemos, puede que sí, pero de lo que no somos conscientes es de lo que se puede sacar a este decorado casi ¨Hollywoodiense¨ que perfectamente puede evocar a lugares de otros mundos.

Esta tierra ha sido motivo de millones de miradas que la han visto desde diferentes prismas. Miles de objetivos han tratado de mostrar siempre las muchas posibilidades que aquí hay en materia de reclamos publictarios, cine, documentales, investigación y demás.

Siempre se dice que aquello que te rodea siempre tiene un calado especial para las personas del entorno, que nadie mirará las cosas de un determinado lugar como la gente de ese lugar, sin embargo, yo creo que la gente de aquí, aunque valora lo que tiene, está tan acostumbrado a verlo que nada tiene que ver con la impresión de aquel que viene de fuera y por primera vez se enfrena a un paisaje sacado de otro planeta. Ese visitante o persona que no ha visto lo que aquí tenemos debería de ser nuestro mejor activo, por eso se debe de saber vender y ofrecer al mundo todo este universo que podría quitar las penas económicas que esta tierra padece. Se ha hecho muchas cosas por el turismo y por dar a conocer el tesoro paisajístico que tenemos, pero no es suficiente, no ha sido suficiente. Es encomiable el trabajo que se realiza desde algunas entidades como Fundación Riotino, pero está meridianamente claro que aun seguimos siendo el turismo del ¨bocadillo y la meada¨, tal y como en más de una ocasión se ha dicho. Vienen turistas pero casi no dejan nada a esta tierra. Llegan, visitan ciertos lugares en una mañana o una tarde, vuelven a montarse en un bus y se largan, algo que sucede quizás por el poco colaboracionismo que existe en nuestra comarca. Me parece increíble que vengan visitantes a Peña del Hierro, aquí en Nerva, y tras ver peña no se les ofrezca por ejemplo venir a ver el museo Vázquez Díaz, TOTALMENTE GRATUITO.

Tenemos grandes cosas que enseñar pero no acabamos de hacer de todo esto un filón importante, duradero y de embergadura. Siempre se habla de turismo en esta zona minera, pero ese es el problema, se habla más que se hace. En los ultimos tiempos se ha llegado a decir incluso que el tursimo y a la minería, cuando reabra sus puertas, han de ir de la mano, pero la verdad es que ni lo uno ni lo otro.

Para que el turismo sea ese bastión importante, hay también que cuidar todo eso que tenemos y mantenerlo, algo que no ha ocurrido. Ahí está el mayor símbolo de esta tierra, Corta Atalaya, inundada hasta límites alarmantes, por no hablar de joyas como pozo Alfredo, que ya se perdieron para siempre cuando su potencial era equiparable al de cualquier gruta del mundo.

El tema turístico podría sacar a esta tierra de todo problema y sufrimiento económico, pero está claro que no se acaba de hacer la apuesta definitiva.

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