domingo, 8 de enero de 2012

BROCHE DE ORO DE LEY



Es difícil intentar describir con palabras lo que pudimos ver ayer en el teatro Reina Victoria de Nerva y que sirvió de colofón a las actividades navideñas.
Sin duda cuesta imaginar un colofón mejor que el de ayer, pero sobre todo, tenemos que hacer una reflexión importante, ¿Cuándo volveremos a ver algo parecido en las tablas de nuestro teatro?
La Orquesta Joven de Andalucía, la más ferviente cantera de elegidos de la música en pleno proceso de formación, y Don Javier Perianes, al que llamarle, Don, incluso parece poca cosa, grandes argumentos que invitaban a pasar una tarde noche histórica..
Las sensaciones de ayer fueron maravillosas. Todo lo que acontecía en el escenario era como una especie de bálsamo que sosegaba la maltrecha moral de los que por aquí vivimos y vemos lo aciago que es el futuro. Por unos momentos, fue como si todo lo que pasara de las puertas del teatro hacia fuera no importara a nadie, ya que todos los que podían disfrutar de las caricias de las notas musicales, de la sensibilidad que allí se derramaba a borbotones y de la magia de un Perianes que siempre que le ves te sorprende más y más, todos, absolutamente todos los que pudimos disfrutar de todo eso y más, sentíamos que el mundo se había detenido y que se producía un paréntesis en todo aquello que ocupa y preocupa en estos momentos.

Dos partes bien diferenciadas en el repertorio musical que se ofreció ayer. Una primera parte con Edvar Gried y una segunda en la que la sinfonía nº 12 de Shostakovich dejaba claro que el teatro es muy resistente, pues la energía de la obra y la de los jóvenes músicos hicieron cimbrear cada pilar del Victoria. Esta sinfonía nº 12 de Shostakovich, es una obra que se interpreta muy pocas veces, ya que feroces críticas, sobre todo por el contendido político existente en la obra, tildaron esta partitura de obra menor, algo que no se creen ni por asomo aquellos que escribieron tal barbaridad.
Si, fueron dos partes absolutamente antagónicas, dos partes bien diferenciadas donde quedó de manifiesto la categoría y la clase de Perianes para sacar esos matices únicos en lo que se denomina el leguaje musical no escrito. La misma partitura la pueden interpretar muchos y distintos músicos, pero en Perianes siempre vas a encontrar algo que te provoca ese pellizco que te remueve el alma. Con Javier Perianes siempre sabes que vas a ver u oír algo diferente, algo que solo está al alcance de aquellos que son de una genética distinta, la de los más grandes genios.
Por tanto. Donosura y maestría sin igual en la primera parte de Gried, y desenfreno y contundencia categórica en la segunda con Shostakovich y su injustamente repudiaba sinfonía nº 12
Ayer, casi 400 personas fuimos testigos de que la música mueve lo que haya que mover, oxigena las almas y limpia las venas que se ponen negras por los malos augurios económicos y demás.

Gracias por lo de ayer. Gracias a la Orquesta Joven de Andalucía y Gracias a Javier Perianes por hacernos sentir que, hora y media, basta para ahuyentar todo tipo de fantasmas cotidianos.

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