viernes, 20 de enero de 2012
SE NOS FUE OTRO GRANDE
Gracias por dejarme hacer esta foto meses antes de tú marcha en el Museo.
Todos los nervenses, en mayor o menor medida, tenemos una pena en el alma por la pérdida de un ser querido para todos, una de esas personas entrañables que siempre veíamos con un amable gesto en la cara y sin resistirse a disfrutar de las cosas de su pueblo a pesar de la edad. Pues bien, esa persona de la que hablo, Manuel Villalba, se nos ha ído para siempre y su marcha va más allá de la pérdida de un amigo que, como es ley de vida, termina su ciclo vital.
Con Villalba se nos va uno de los grandes nombres de la cultura en variadas vertientes, pues aunque todos le conocieran como pintor, Villalba habia hecho casi de todo en el fascinante mundo de las artes, haciendo incluso un arte de lo que fue su verdadera profesión, la carpintería.
¨Cantaba como los ángeles¨, dicen quienes le conocieron en su más ferviente apogeo de juventud, pintaba con un estilo inimitable que era la firma de un hombre con una personalidad impresionante, alguien cuya forma de pensar y hacer cautivó incluso a quienes eran varias generaciones más jovenes que él.
Será difícil no ver esa imagen de Manolo bajando despacito, sin prisas pero sin pausas, por la calle triana, con esas palmeras en las que encontró sombra durante décadas y décadas en los apretados y calurosos dias de verano. Su imagen derramaba ternura, pues a todos se nos removía algo en nuestro interior cuando le veíamos con ese paso lento aunque firme, con ese rostro mirando al suelo pero sin perderse nada de aquello que se cruzaba con él. Será dificil hacerse a la idea de no ver más que alguien abre la puerta del Museo Vázquez Díaz para que éste enamorado de la cultura que jamás se perdió una muestra, pueda contemplar esas facturas artísticas con las que se recreaba durante horas.
Después de que Manolo viera cada exposición que pasaba por el centro de arte nervense, solo tenías que mirarle a la cara para saber si aquello que se mostraba era de su gusto o no, pero eso sí, aunque fuera algo que no entrara en sus cánones del arte, siempre se mostraba respetuoso y tenía palabras amables. Tras mirar cada cuadro, tras recorrer cada sala impregnándose de ese ambiente en el que se encontraba tan feliz, después se sentaba en el sillón del recibidor del museo y se quedaba extasiado durante minutos charlando con todo aquel que quisiera intercambiar una palabra con él.
Se nos ha ido un aval de nuestra cultura y nuestra más importante historia, un alma que se ha ido de la misma manera que siempre le veiamos llegar a cualquier parte del pueblo, de manera lenta, sosegada, inspirando paz y tranquilidad. Así se ha ido ese hombre con el que siempre Nerva estará en deuda, pues a pesar de algunos reconocimientos, no me cabe en la cabeza que se fuera de nuestras vidas sin que todos, absolutamente todos, hubieran conocido la importancia de éste artista en el acervo cultural de nuestra tierra.
Bético humilde que siempre daba por bueno el resultado de su Betis y asimilaba con nobleza los malos momentos deportivos del equipo de sus amores, siempre se agarraba a aquello de ¨viva er beti manque pierda¨ y siempre era fiel al equipo del paseo de las palmeras, palmeras sevillanas que también echarán de menos a este bético que, lloviera o venteara, siempre estaba delante del televisor de turno para ver como, los de ahora, no tienen nada que ver con aquellos jugadores del Betis de antes.
Villalba mereció más, mucho más, por eso creo que algo no se hizo bien en esa tarea de reconocer los méritos de los hijos de esta tierra. No me cabe en la cabeza que nuestro Villalba, el amigo de todos, el hombre que siempre se desvivía por Nerva y sus nervenses, se marchara de este mundo sin una ¨Torre de Nerva¨ , por poner tan solo un ejemplo de las muchas cosas que este viejo que siempre llevaremos en el corazón merecia.
¡Descanse en paz amigo! Muchas gracias por todo lo que nos has dado.
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A veces sólo congratulamos al artista que traspasa fronteras físicas. Y en Nerva el arte tiene sentido porque traspasa las fronteras de la emoción, y Villalba era un maestro. Ya es tarde Nerva, ya es tarde...
ResponderEliminarNunca es tarde para reconocer a un buen Artista.
ResponderEliminarpor supuesto que no,lo que si es cierto que se reconozcan cuando ya no estan,pero una persona como ella ha sido importante en Nerva y que quede constancia de su trabajo tambien deberia serlo,tomen nota aquellos que en sus manos esté,el hacer que Villalba no quede solamente como un nombre más.
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