Descubrirte ha sido sin duda una de las mejores sensaciones de los últimos tiempos. Tú has venido a ser en mi vida ese estímulo o acicate que siempre se necesita para continuar con algo que empiezas a desarrollar y que no sabes qué respuesta tendrá.
Escribir siempre había sido una necesidad en mi vida, al igual que empaparme de aquello que siempre pueda aportar algo positivo. Siempre quise saber si todas esas historias que llevo dentro tendrían algún calado o podría ser también la historia de alguien que las lee. Tú me has enseñado el camino, cada palabra tuya ha supuesto una ilusión que me ha iluminado la senda a seguir, siempre has sabido hacer que esta pasión se haya convertido en un apartado vital de mis emociones y sentimientos.
Cuando escuchas que alguien valora tu trabajo y tu manera de expresar lo que llevas dentro, siempre es algo agradable, pero si esas palabras vienen de una auténtica escultora de palabras que siempre son el referente de muchas personas que buscan literatura de calidad, entonces se engrandece mucho más el sentido de lo que me dices.
Todo lo que acontece en la vida, bueno o malo, siempre tiene un poema que lo explique y que nos lo introduzca en lo más hondo de los corazones sensibles. Siempre hay una metáfora, una rima asonante o consonante, un verso que va, desde lo más fugaz, a lo más expresivo de un alejandrino que siempre cuenta maravillas a los mortales que vivimos esperando ver otro color distinto en las cosas.
El pan nuestro de cada día son tus poemas que suenan a que un mundo mejor es posible, que el verde es algo más que esperanza, que el azul, como el de tu mirada, es la panacea de lo celestial porque nos llevas al cielo con tan solo unas palabras que se clavan en la diana del gozo más absoluto.
Desde casi el vientre materno abrazaste el sueño de contar el paso de la vida, de ser los ojos que registraran aquello que debemos saber, pero la vida te ofreció algo más, te escogió como bella ninfa que con la máxima donosura derramara vivencias, sentimientos, pensamientos, pesares y alegrías en el papel eterno en el que se guardarán tus efluvios de pluma categórica.
Millones de palabras grabadas en los mejores altares de la retórica más convincente, esa que entra por la vena de lo cotidiano y que refleja momentos que hacen reflexionar o rememoran momentos que todo ser humano pudo vivir, ese es el gran regalo que los sentimientos de la gente que tiene el buen gusto de la lectura se lleva con tus creaciones.
Tus poemas nos hacen saber más de ti pero nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos y sobre todo son la música celestial en forma de palabras que ayuda a silenciar todos los tumultos de un mundo que va demasiado deprisa y abocado al abismo. Contigo, tal y como tú misma lo dejas claro, todos vamos hacia lo etéreo porque todos alcanzamos un poquito de cielo cuando nos dejamos llenar los pulmones de la mente de tu saber y de tu fascinante forma de hacer esa metáfora que embellece lo bueno y no tan bueno que la vida nos pone por delante.
¿Y tú me dices que disfrutas con lo que hago? Yo a tu lado no soy más que un loco vagabundo de cultura que de forma autodidacta solo junta letras.
¡GRACIAS CARMEN!