Hoy he buscado en el baúl del corazón
alguna señal que me amortice todos los desvelos, pero no la encontré.
He intentado rasgarme el traje de la
impaciencia y que quedara a flor de piel la más desnuda tolerancia, pero por
muchas capas de dolores y desprecios que me quite siempre hay otra más profunda
que me recuerda que hay cosas que ya no tienen sentido.
Luché por hacer oídos sordos a todas
esas voces que me dicen que debo correr y salir a buscar un nuevo horizonte de vida lejos, pero por más
que peleaba solo sentía que algo me empujaba a correr y romper con todo.
Quise inyectarme una nueva vida en las
venas que me regara el cerebro de ganas de volver a empezar, pero los callos de
mi piel gastada a golpes de mentiras, desilusiones, vanas esperanzas y lágrimas
a fuego que me quemaron hasta el alma, no me permiten más que la eutanasia de
nuestra historia.
Lucho contra todo por ti, por estar y
seguir a tu lado, pero en realidad más que una lucha es una batalla en la que
me abandono a morir, pues tú eres quien hace morir todo lo que aun vive en mí,
tú eres la cruz que portaré hasta los infiernos, eres la causa de mis más
ingratas heridas, pero aun así, en contra de mi y hasta de mi propio ser, prefiero morir contigo aquí y
ahora que vivir toda la vida lejos de ti.
No sé cuál es la razón.
No sé cuál es el motivo.
Solo sé que claudico.
Solo se morir contigo.
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