¨¡Qué bonito está mi pueblo cuando llega el carnaval!¨
Esta letrilla que todo el mundo canta cuando llegan los carnavales es lo que sin duda puede describir lo que se ha podido ver en Nerva en estos días de colorido y alegría carnavalesca. Empezando por el final, hemos visto un pasacalles corto pero intenso y que rubricaba lo que durante el último fin de semana de febrero ha sido una fotografía distinta de la manera de vivir de nuestra gente, que han aprovechado las carnestolendas para desconectar de los muchos problemas que a todos nos acucian y enarbolar la bandera de la alegría, algo que desde luego es de agradecer y que demuestra que este pueblo es muy especial y se hace grande en las situaciones más complicadas.
Lo vivido en el teatro Victoria tiene también muchas lecturas distintas. La primera de ellas es que desde que podemos disfrutar de nuestro nuevo teatro Victoria, todo alcanza un mayor esplendor y lucimiento, además de una mejora en el tema de sonido que hace que todo sea más fácil. Otra lectura es que tenemos un carnaval que tiene la dosis perfecta de veteranía, con agrupaciones que llevan 15 y 20 años, y de cantera, con nuevos grupos de gente que cuentan con una edad infantil o cadete y que a buen seguro crecerán también en las tablas del escenario carnavalesco, pues ya se han quedado embaucados por la magia de cantar a su pueblo cada febrero. También podemos decir que este carnaval nuestro, después de tiempos de poca bonanza, donde se mantuvo gracias a muchas de esas agrupaciones de hoy que siendo niños se mantuvieron al pie del cañon, ha vuelto a recuperar un interés que puede que derive en que dentro de poco veamos otra vez esas inmensas colas desde tempranas horas para pillar una entrada.
Las agrupaciones han estado maravillosas. Cada una en su modalidad, han demostrado que se empieza a hacer un carnaval que tiene algunas connotaciones muy especiales.
El predominió de las mujeres, el perfeccionamiento de las letras de las agrupaciones que cada vez están más llenas de sutileza y de fina pluma, y sobre todo, me parece que hay algo que se viene repitiendo y que puede ser también algo peculiar de este carnaval nuestro y que le distingue de otros, lo poco que se usa el típico pito de caña carnavalesco.
Obviamente, y este año con más razón, no podemos hablar de carnaval enmarcándolo sólo en el ámbito de las coplas y del teatro, pues este febrero ha sido la consagración de lo que veníamos notando en los últimos carnavales, el repunte en todos y cada uno de los aspectos que forman parte de la bulliciosa mascarada.
Los bailes han estado bastante animados, con multitud de disfraces que daban un colorido espectacular al mercado de abastos, la gente ha salido a la calle entendiendo que carnaval es disfraz, alegría, guasa, ironía, y buen humor, y afortunadamente eso es lo que hemos visto, mucho buen humor durante estos días.
Dentro de lo que es este resumen de carnaval, he querido dejar para el final, aunque ya comentaba algo al principio, el tema del pasacalles, pues desde que se hace en la matinal del domingo (un acierto del anterior concejal, el señor Harriero) ha alcanzado un nivel impresionante, y eso teniendo en cuenta que muchos de los que participan en el pasacalles en la matinal dominguera igual se han ido a la cama a altas horas de la madrugada o no se acostaron siquiera, aun así, hemos roto moldes, algo que se ha reflejado también este año con un desfile que aunque ya hemos dicho que ha sido corto, no por ello ha dejado de ser ES-PEC-TA-CU-LAR, y lo digo así, con letras grandes y despacito, pues lo que hemos visto este año no tiene parangón.
Quiero tener algunas palabras también para la Reina del Carnaval, una niña de mirada dulce y melosa, amante de esta fiesta y que merecía que todo se rodeara para que pudiera disfrutar de unos días que pueda recordar toda su vida. La Reina del Carnaval, Cristina Beltrán Cruz, no gozó del acompañamiento de las damas de honor, pero desde luego no le hizo falta, pues su simpatía y su belleza, así como su manera de ser y vivir la fiesta, le ha hecho lucir impresionantemente bella y su presencia ha llenado todo el teatro Victoria y todos los rincones donde llega el rio multicolor del carnaval.
Mi más sincera enhorabuena a todos los que han hecho posible estos días en contacto con otra visión de la vida. Gracias a todo esos que se han colocado una máscara, antifaz o disfraz para ser durante unos días otro ser distinto y preocupado solo de pasarlo bien.
¡VIVA EL CARNAVAL!
¡VIVA NERVA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario